CAMINO DESCALZA.

Camino descalza.

A veces me sentía perdida en el espacio que me rodeaba, caminaba despacio, descalza para no molestar, que no me oyera, que no sintiera mi presencia. Hay tantas cosas que aun debía y debo aprender.
Me sentía como esa niña pequeña que todo lo quiere aprender, donde por momentos todas las preguntas se agolpaban en mi cerebro y revoloteaban en mi mente formando frases sin sentido.
Me callo?...Pregunto?...Insinúo?...Dudas y más dudas.

Pero El siempre paciente, siempre atento a mi forma de actuar, a mis gestos, a mis inquietudes, fue tendiéndome su mano, hizo que comprendiera lo importante de hablarle todo aquello que causaba en mi curiosidad o miedo, que entendiera que juntos podíamos buscar la solución a todo, fuera lo que fuera.

Creer y confiar en El hizo que perdiera el miedo a muchas cosas, a poder abrirme a nuevas experiencias y avanzar en mi propio conocimiento como sumisa, a descubrirme como masoquista, a sentir el dolor de una forma libre y placentera. Cuando se viene de una experiencia donde el miedo era la base te rompes, pierdes la confianza en ti y en los demás.

Me abrí por completo a El, me entregue en cuerpo y alma, hice míos sus deseos, disfruto su caprichos y compartimos perversiones. uff !!!...y que decir de la retroalimentación que disfrutamos tantísimo.

Esas noches sentada a sus pies, disfrutando de nuestras charlas, comentar el día, comentar nuestras fotos o sesiones, ese momento tan especial se ha convertido en mi momento especial del día.

Confiar, avanzar y crecer con El es uno de los mejores regalos que me ha dado la vida.

Ahora me siento segura, camino descalza, despacio para no desvelar su sueño, pero sé que siente mi presencia. Aprendo cada día y seguiré aprendiendo por que es la única forma de avanzar.
La niña que era aun está en mí, sin miedos, segura, libre y plenamente feliz.

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