Sexo, anzuelos, dolor y placer.

Anzuelos 


Cuando veo algo que me gusta y me excita, no puedo quitarmelo de la cabeza hasta que lo pruebo. Ronda por mí cabeza dando vueltas y vueltas, pensando como será sentirlo en mi piel.

Esa necesidad de probar, avanzar, de sentir cada vez mas dolor, averiguar hasta donde, de lo que soy capaz. Esas ideas que me superan se las expongo a Mi Señor, soy de las que pienso que debe saber mis inquietudes igual que yo las Suyas. Hablar de todo es muy importante tener esa confianza de poder hablar libremente de lo que nos apetece y place. y sí tengo la gran suerte de compartir los mismos gustos sádicos de Mi Señor. Mi inquietud era por los anzuelos y se lo comente.

Cuando me mostró los anzuelos que había comprado para el momento uff...un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Sabía que ya tenía pensado como lo haría, donde los clavaría y eso me ponía a un más.

Llegado el momento no pude evitar ponerme nerviosa, sabía que dolería pues el sexo es una zona muy sensible, pero a la vez me invadía el deseo de saber cuanto dolor...¿Lo soportaría?.

Me dispuse en posición abriéndome para él, tengo que decir que me temblaban las piernas, pero no estaba atada y sabía que pasara lo que pasara, sintiera lo que sintiera no debía moverme, algo dificil en mí que no paro de hablar y mover jaja.

Así que enrollé un pequeño pantaloncito rojo de algodón y me lo introduje en la boca, gritaría y no deseaba que me oyeran ni molestar a Mi Señor. Cuando estuve preparada se lo indiqué y comenzó a clavarme el primer anzuelo.

Dios desde el principio note un dolor intenso, duro, incorporaba mi cabeza mientras gritaba y le veía, no me movía solo oía mis gritos ahogados. Cuando atravesó mi sexo termino el dolor. Yo creí, ingenua de mí, que la zona seria fácil de atravesar, pero no el anzuelo atravesó la carne dura con algo de dificultad, pero rápidamente al verlo me reí de placer que subidon. Reconozco que las lágrimas no brotaron, pero es que yo soy así, disfruto ese dolor intenso, me da subidon y me rió y Dios disfruto tando de ver a Mi Señor disfrutando el momento.

Así que fuimos a por el segundo, me vuelvo a tapar la boca y mi Señor clava el segundo. Uff que momento...Mas subidon, mas risas, mas placer.

Después llego el momento de tensar los anzuelos y eso la verdad reconozco no fue doloroso...de hecho tampoco fue doloroso quitarlos y he de decir que después tampoco la zona quedó dolorida  al menos para mí.

Fue un momento increíble y como lo disfruté, ese subidon que me da el dolor es indescriptible, es algo para sentir.

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