Parte 3. - Perversiones compartidas.

Dulce dolor


Y allí estaba yo desnuda con las medias de liga y los tacones, ante el Dom amigo de mi Amo. Era extraño y a la vez excitante, que pasaría ahora...no podía dejar de pensar en cual seria el siguiente paso.

Veo que mi Amo dispone la mesa con una sabana negra  y me dice que me tumbe, observo las agujas dispuestas y me entra una sonrisa pues me gusta la idea, aunque me daba un poco de miedo que el Don practicara en mi.

Estaba todo colocado, agujas, alcohol, gasas, guantes, siempre mi Señor es muy cuidadoso con la higiene y así se lo hace saber al Dom..." Es importante que entiendas que la higiene y la desinfección son imprescindibles, nunca te olvides de la salud de tu sumisa".

Oír esas palabras me tranquilizaba bastante sabia que mi Señor estaría pendiente de todo como siempre hacia. Mi Señor empieza a explicarle el tema de las agujas, el largo, el grosor, como deben colocarse y en que zonas es mejor y cuales no.

Comienza mi Señor por ponerme la primera aguja en la espalda, en la parte del omóplato derecho, lo hace inaccesiblemente bien rápido y sin apenas dolor ( reconozco que algunas no duelen nada, pero otras son tremendamente dolorosas aun siendo en zona similar). Mi Señor clava un par de agujas mas y le pasa el testigo al Dom, uff eso me puso un poco nerviosa, pero respire y relaje.

Noto su primera aguja en mi piel y si dolió y bastante, era lo normal, lo hizo lento prolongando así mi dolor y adamas pillo mas carne de la deseada. Me pregunta que si me había dolido mucho, le digo que no se preocupe y que yo estaba a su posposición como así lo había dispuesto mi Señor.

A eso mi Señor me responde "buena chica "...y como me gusta cuando me dice esas palabras, que orgullosa me siento. Mi Señor le da unos consejos para corregirle en como debe ponerlas, y todo comienza a fluir en torno a los tres.

Terminamos con las agujas y el le pidió permiso a mi Señor para sacar unas fotos y así lo hizo. Mi Amo le dijo que las retirará con cuidado y me curara las heridas. Seguí tumbada boca abajo esperando a que mi Amo me diera nuevas instrucciones. Después en esa posición siguieron juegos de fireplay y cera algo en lo que el Dom estaba más puesto.

A estas alturas ya me había relajado y estaba tranquila, el Dom era cuidadoso y cariñoso conmigo y eso también hizo que pusiera mi confianza en el.

Mi Amo me dice que me incorpore y que les sirva unas copas de vino y que a la vuelta me ponga otra vez en la mesa boca arriba y con las piernas abiertas...




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