Parte 2. - Perversiones compartidas.

Pasiones 


Allí estaba yo arrodillada a los pies de mi señor escuchando con atención todo lo que los dos trataban, lo que el Dom esperaba y hasta donde mi Amo estaba dispuesto a llegar.

En principio el Don asistía a una de nuestras sesiones por que le interesaba la practica Needle play (agujas). Pero la sesión no solo se basaría en esa practica habría mas.

ya con todo dispuesto mi Amo comienza por quitarme el corsé, me sentí vulnerable allí mostrando los pechos ante el Dom, me quede con las medias y las pequeñas braguitas. El Dom observaba con atención y eso aun me ponía mas nerviosa, procuraba no mirarle, fijaba mi atención solo en mi Señor.

El notaba que estaba muy nerviosa y me intentaba relajar con sus palabras, con sus miradas y caricias.

Se acerca a las cuerdas y comienza a atarme, manos a la espalda y rodeando mis pechos con la cuerda, yo en esos momentos cierro los ojos me gusta disfrutar del roce de la cuerda, como sus manos van rozando mi piel y tensan la cuerda.

El Dom miraba con atención el arte del Shibari le atraía aunque como el decía no era muy bueno y hoy tendría la oportunidad de practicar y aprender. Cuando mi Señor me desato le dijo que ahora era su turno. Era extraño, mi amo le iba guiando pero las manos que sentía en mi piel no eran las Suyas.

A media que iba pasando la cuerda al rededor de mis pechos los tocaba, agarraba y colocaba. Era delicado sus manos suaves y la verdad me agradaba aunque me invadía un sentimiento de culpa por sentirlo así.

Después mi Señor me coloca en el centro del cuarto, y le dice al Dom que me azote con el látigo corto..."Puedes darle moderadamente fuerte, le gusta y lo disfrutara". Y así lo hizo, y si lo disfrute mucho. Cuando paro soltó el látigo y veo que se acerca, mira a mi Señor y este asiente con la cabeza...¿que estaba pasando? ¿a que asentía?...pronto lo descubrí.

Empezó por observar las marcas de cerca, poso sus manos en mi piel y comenzó  a acariciar las marcas que el había dejado en mi piel. Sentía sus caricias en mis marcas y era agradable, delicado, y no pude evitar humedecerme.

Se acerco al Amo y le comento algo en voz baja, no podía oír lo que decían y eso me inquietaba. El don se planta delante de mi, se agacha y con suma delicadeza me va bajando las bragas y me las quita...que momento mas vergonzoso para mi.

Me gira y empieza a tocar las marcas de mi trasero que antes no se veían al completo por las braguitas...la verdad tengo que decir que fue un momento muy erótico y el preludio de todo lo que allí llegaría a pasar...


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